01 Abr Las consecuencias de dormir con ruido
En algún momento de nuestra vida todos hemos experimentado lo que supone dormir con ruido alrededor, ya sea procedente de vecinos, ocio nocturno, tráfico o ronquidos. Y todos somos conscientes de lo molesto que es y de la mala noche que nos puede suponer. Además, la Organización Mundial de la Salud ha manifestado que los desórdenes del sueño debidos al ruido son responsables de restar años de vida a las personas.
Ciertos ruidos nos generan «microdespertares» que suponen un alertamiento en la persona que duerme y que hace pasar de una fase profunda del sueño a otra fase más superficial. Si bien la persona que duerme con niveles elevados de ruido no es consciente de estos microdespertares, el sueño no es efectivo ya que este cambio a una fase del sueño más superficial perjudica nuestro descanso.
La legislación establece que 25 decibelios es el máximo de ruido nocturno procedente del exterior permitido en el dormitorio de cualquier ciudadano. También el ronquido en muchas ocasiones supera con creces este nivel, pudiendo llegar a los 80 decibelios. Así, entre las posibles consecuencias de dormir con ruido y padecer un descanso inadecuado destacamos la somnolencia diurna, las cefaleas, la irritabilidad, así como los trastornos metabólicos, las alteraciones en la regeneración de la piel o los déficit inmunitarios.